Poemas, ensayos, algo más...

Anacrónica amargura en jadeos de plumas, una alegría agonizante en una espuela, el llanto de un pico desilusionado, monótono, desigual… puede ser, con un rítmico zumbido de alas cansadas, puede que no. Ese ir y venir de gritos desaforados, que se apagan y aumentan de intensidad con la intensidad de la lucha, ese amanecer desesperado, sin luz, sin aliento, sin fuerzas. Un silencio rotundo, un crimen cometido, un trago amargo… La belleza no esta en la fuerza aplicada inconscientemente, sino en como la administran los que la poseen en pro del bienestar común. No se debería justificar una muerte, pero siempre muere la inocencia y nadie lo lamenta verdaderamente, casi nunca muere la crueldad vil del hombre déspota y anarquico beneficiario de muchos en pro de su destrucción paulatina y esa muerte si duele a muchos que adsorben de él ese rastro de podredumbre que deja a su paso.

Antropófago de féminas, Insaciable de colaciones, Ventajosamente en períodos Acogidos durante el fuliginoso Velo de finales del día. No instruido de actos adecuados Para el acontecimiento próximo Del la asedio innegable Conforme su perfil…

Un despertar vivos, conscientes del mundo que gira incansablemente, incapaz de detenerse, ni siquiera por nosotros, y en constante crecimiento. Vivir ese despertar como el último día que pasamos por el e intensamente hacer un esfuerzo por terminar todas las cosas pendientes. Creer que hay algo más allá de lo que siempre nos pintaron los cotidianos días del consumismo, anárquico, efímero y banal. Sentir esa brisa que todos los días toca tu puerta, y que tu, ignorante de sus intenciones la dejas pasar sin reparos en que te anuncia que uno de tus sentidos está dormido, por ti arrullado, sin poder hacer nada, para advertirte que las cosas simples hacen un gran diferencia, y que la felicidad de estar de pie erguido ante la adversidad no te da derecho a no despertar del sueño de las masas y convertirte en un ser humano integral… ¡Por Favor DESPIERTA! Siempre hay alguien que te necesita despierto, vivo realmente, consciente del mundo que se destruye a tu alrededor por b...

Quien dice, que no puedo ser un Dragón… Cobijarme con el fulgor de la luna, Esperar tu llegada y temer tu partida… Recorrer espacios vacíos llenos de mí solamente, ocupados por la materia orgánica que me ata a este lugar finito, a esta existencia gruesa…

Esa Imagen de curiosidad antigua, que reflejas en las manos y los ojos, en como llevas el cabello, que me distancia y eso es lo que sobra entre nosotros... No soporto verte sumergida hasta el cuello. ¿Por qué…?  ¡No puedo tenderte la mano!  Son esas cosas las que más me intrigan en el recorrido distanciado entre nosotros… Tu allí y yo quien sabe donde. Quisiera ayudar pero no puedo…  Quisiera hablarte pero no te conozco, quisiera tantas cosas que son casi imposibles, pero que me mantienen vivo…  Por que se que sin ello no soportaría un día más esta rutina diaria de ahogarme en los quehaceres de lo cotidiano, lo burdo y simplista de la existencia del ciudadano común y Silvestre, por supuesto sin un motivo aparente, de hecho, ni siquiera con un deseo de cambiar alguna vez, conformismo uniforme, destellando a los que quisieran cambien la cara de lo absurdo e incluso de lo absurdo que también cuenta, por eso y mucho más… Las cosas siguen sumerg...

así es como era, o creo yo que era así no es que fuera diferente, pero su forma de andar era monótona, las mismas palabras rebuscadas, ¡que estas insignificando! , ¿tes tas creyendo! , o cosas por el estilo, su dialecto poco desarrollado lo cultivó en las tiras cómicas de anteayer, y como si fuera poco, también hundía en ello al que le acompañase, no quiero decir con esto que me he hundido... pero me gustaría haberme hundido en su sentido del humor, en su alegría chispeante como galletas con trocitos de chocolate, me hubiese encantado mordisquear sus esquinas y comer poco a poco hasta el centro, y reír de un sabor tan bueno, eso creo... No es que sea inseguro o muy seguro que digamos pero me hacia sentir como su alegría pegajosa como malvavisco de antojos relleno de antipatías y dulces desaires… hasta que ya no pude estar cerca, más que con el pensamiento que me llevaba donde su recuerdo efímero como una simple canción que escuchaste cuando niño y que tarareas de ves en cuando...