No soy de madera...,

Quisiera ser su sombra, que se pueda apoyar en mi quietud, y no molestarme, ser un silente compañero que este presto a oír sus alegrías y desdichas, que calmadamente deje que el tiempo pase hasta que la muerte o la distancia digan lo indicado para cada cual.
 Pues la realidad no es así, necesito hablarle, tocarle, sentirle...
moverme a un mayor ritmo, y que usted baile conmigo, mecerle entre mis brazos, y que la distancia que nos separe no sea tan grande como las cadenas que atan mi mente a usted, de manera cruel y extrañamente incomprensible, no se que como vencer esta situación, y sigo inmóvil, silencioso y a la espera de una respuesta, que me haga salir de la quietud.
Usted se apoya bajo mi sombra y el tiempo pasa

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